Un Gran privilegio ser de pueblo

No hay nada que envidiar a las grandes ciudades.
El orgullo más grande que podemos tener es ese, nuestro terruño, privilegio de respirar aire puro, de poder disfrutar los alimentos frescos de primera mano, cultivados por nuestros campesinos, privilegio de recorrer cada rincón de nuestro pueblo, sin necesidad de tomar un autobús, aunque ayuda mucho un vehículo, una moto o una bicicleta, y por salud es mejor caminar. Despertar con el sonido de los pajaritos, con el canto del gallo y el cacaraqueo de la gallina, porque, aunque en el pueblo las personas más curiosas saben tener sus animales domésticos, muchas veces estos hacen parte hasta de la cuadra.
Cuando hace mucho calor y queremos un rato de esparcimiento, vamos para el río, con tan sólo unos pasos llegamos y disfrutamos de la naturaleza; en otras ocasiones salimos un momento a tomar un refresco y no llegamos temprano a casa porque nos encontramos con amigos (as) que nos alargan la tarde o la noche.
Los pueblerinos casi todos nos distinguimos y sabemos diferenciar cuando alguien no es de nuestro entorno, y si no sabemos el nombre , al menos el del lado sabe como le apodan o por donde vive; eso es un punto a favor y en contra, pues como dicen por ahí , en pueblo pequeño infierno grande, los chismes y la habladuría de la gente es el pan de cada día.
Los fines de semana son los días donde se aglomeran más las calles, la plaza de mercado y todos los establecimientos, podemos apreciar a los campesinos e indígenas de la parte alta, con sus productos para la venta: las gallinas, las frutas, las verduras, entre otros, en fin, todo lo que se produce en el campo. Los del pueblo también comercializan sus productos, materia prima transformada y hecha una delicia, otros con sus negocios y locales de ropa y accesorios.
Entonces decimos los pueblerinos que no nos falta nada, con el calor humano lo tenemos todo. Eso sí, sin olvidar lo obvio; nos falta por avanzar en lo referente a desarrollo cultural, educativo, social, económico, salud y vivienda.
Deicy Pilcue.