【 La Madremonte 】Mitos y Leyendas del Cauca

«La Madremonte» Mitos y Leyendas del Cauca

Este mito folclórico de los Andes centrales y occidentales de Colombia se extiende también a los valles del Magdalena y del Cauca. Numerosos cuentos son narrados por los campesinos en el occidente colombiano sobre Madremonte, que también es conocida como la diosa de los montes y las selvas o la Madreselva.

Tiene ojos saltones cómo de candela, grandes colmillos como los de un jabalí, una gran expresión de ira y unas largas manos, vestida siempre con chamizos, ramas, hojas y bejucos, es una mujer de gran estatura, corpulenta y elegante, usa un sombrero de gran ala, cubierto de hojas verdes, su cabello lleno de musgo que no permite ver su cara.

Las descripciones variadas quedan los campesinos: cómo una mujer putrefacta y llena de musgo, arraigada en pantanos, que vive en donde los riachuelos nacen y también habita a los alrededores de grandes piedras. Es vista en lugares con árboles frondosos y zonas selváticas enmarañadas.

Ha sido vista en rastrojos como una zarza frondosa qué observa con ira a las personas que atraviesan los montes y las selvas, es un ser mitad monte mitad mujer o también aparece como una anciana vestida de hojarascas con un rostro pálido, ojos brotados rojos y manos huesudas.

La Madremonte arremete cuando hay fuertes lluvias, vientos, inundaciones y tempestades que acaban con los cultivos sembrados y animales. Los campesinos de la zona andina relatan que oyen sus gritos y quejidos en medio de la noche tormentosa y oscura.

Escuchan un grito agudo profundo que penetra los oídos el cual se extiende misteriosamente hasta los pantanos o en medio de la malezas. Muchos campesinos creen que cuando la Madremonte se está bañando en los nacimientos de quebradas el agua se enturbia, hay inundaciones y borrascas en los ríos.

La Madremonte también se presenta como la diosa guardiana de bosques y selvas y desata su intensa ira contra cazadores pescadores y aserradores que invaden sus territorios. La Madremonte grita, gime y se enfurece cuando derriban los árboles en medio de la selva.

Los campesinos también dicen que esté ser maligno persigue a vagabundos, esposos infieles a quienes pelean por linderos y fronteras; desorienta a caminantes en los bosques, los hace perder de sus caminos y los lleva a oscuros matorrales.

A este mito femenino también se le atribuye la desaparición de niños en los campos; los lleva a zonas boscosas y los esconde debajo de cascadas, también dicen los campesinos que impregna las aguas con enfermedades y pestes como las sarnas, culebrillas y otras epidemias.

Si alguna persona escucha los chillidos de la madre monte es porque lo esta atrayendo fuertemente como un imán a los matorrales y pantanos en las noches oscuras de fuertes tempestades y vientos.

Los campesinos fuman tabaco y llevan medallas benditas y escapularios para evitar encontrarse con ella, también usan bastones de Guayacán y varas de cordoncillo. Cuando se encuentran con este ser frente a frente se debe insultar y alejar del lugar dando fuertes latigazos y no demostrar miedo ni espanto.

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